‘Conéctate con tus derechos’ es el proyecto que llegó a 400 jóvenes de instituciones educativas públicas y privadas de Mocoa, Sibundoy y San Francisco (Putumayo). Hoy cuentan con mayores conocimientos sobre derechos humanos, sexuales y reproductivos, tienen habilidades sicosociales y avanzaron en la creación de un proyecto de vida.
El grado séptimo de la Institución Educativa Pío XII de Mocoa (Putumayo) era ‘pesado’, sobre todo en su vocabulario. Había matoneo, los alumnos se ponían sobrenombres, se inventaban nombres para los genitales en tono de burla y en general su vocabulario no era respetuoso. Por eso el grado era un buen candidato para participar en el proyecto ‘Conéctate con tus derechos’.
El objetivo de este proyecto, alianza entre la Corporación Juego y Niñez y la Fundación Bolívar Davivienda, era fortalecer la convivencia en relación con la construcción de acuerdos y el reconocimiento de los derechos humanos sexuales y reproductivos. El proyecto empezó en enero de este año y se extendió durante once meses. Hoy, la orientadora escolar de la institución, Aidaly Patiño, da cuenta de los resultados. Afirma que los estudiantes cambiaron su vocabulario. Gracias al proyecto “hoy hablan con naturalidad del tema y, lo más importante, con respeto”, dice.
Durante el proyecto se realizaron seis encuentros educativos con adolescentes en los cuales se trató, desde el juego y otras estrategias, el proyecto de vida con un enfoque de auto-concepto, historia de vida y establecimiento de metas. También sexualidad y derechos humanos, sexuales y reproductivos.
Uno de los resultados esperados era que los participantes trazarán su proyecto de vida, a la vez que desarrollaban habilidades socioemocionales para la convivencia. La formación para el desarrollo humano y el proyecto de vida fomentan la convivencia y las habilidades de liderazgo, autoconciencia y capacidad crítica; claves en la toma de decisiones sobre el presente y el futuro.
Los docentes también tuvieron la oportunidad de involucrase. “Es un proyecto muy completo porque cobija a toda la comunidad educativa: padres de familia, estudiantes y docentes. Se clarifican dudas y se conoce el lenguaje correcto para hablar de sexualidad, derechos humanos sexuales y reproductivos. Los docentes hablan con más propiedad del tema y lo incorporan en el aula de clase”, dice Patiño.
La orientadora explica que el proyecto tuvo varias etapas. “Aprendimos, por ejemplo, que la violencia sexual no hace referencia solo al acceso carnal violento, sino también a la violencia sexual que se da en las redes sociales o a la violencia de género. Aprendimos sobre identidad, género y equidad”.
Además de esta institución educativa, el proyecto involucró a otras instituciones educativas públicas y privadas de los municipios de Mocoa, Sibundoy y San Francisco (Putumayo). En total, participaron 400 adolescentes y jóvenes de 10 a 19 años.
Las motivaciones del proyecto
De acuerdo con la sexta edición de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS) 2015, 17,4 % por ciento de las mujeres entre los 15 y los 19 años ya son madres o han estado embarazadas, mientras que hace un lustro ese indicador en esta franja de edad era de 19,5. Aunque estas cifras muestran una reducción en el porcentaje de embarazos adolescentes, en departamentos como Putumayo sigue siendo representativo.
Mocoa, por ejemplo, de acuerdo con el Plan de Desarrollo Municipal ‘En sus manos está el desarrollo de nuestro territorio’ 2016 – 2019 y la información de la Secretaría de Salud Departamental, en 2015 fue el segundo municipio con el mayor número de casos registrados de embarazos en adolescentes con 150 de 965 de adolescentes y jóvenes de 15 a 19 años.
“La situación expuesta plantea la necesidad de desarrollar articuladamente estrategias para la prevención del embarazo en adolescentes, en las que se involucre la promoción del desarrollo humano y del proyecto de vida como ejes posibilitadores de nuevas oportunidades para las y los adolescentes y jóvenes, que les permitan consolidar horizontes de futuro en los que puedan ejercer sus derechos sexuales y reproductivos y las relaciones entre hombres y mujeres desde una perspectiva distinta”, explica la Corporación Juego y Niñez.
Sexualidad, más allá de la genitalidad
Esteffanya Guevara Cerón, ludotecaria del proyecto ‘Conéctate con tus derechos’, explica que a partir de los espacios que brindó el proyecto, se comenzó un proceso de reconocimiento de los derechos humanos sexuales y reproductivos partiendo de la percepción propia del adolescente y sus experiencias.
La formación a los docentes y a los padres y madres de familia estuvo centrada en analizar las condiciones tanto educativas como familiares que permiten a los niños, niñas y adolescentes desarrollar habilidades psicosociales para la vida, “permitiéndoles salir de la idea de una sexualidad centrada en la genitalidad y trascender a la visión propia de una sexualidad que acompaña a las personas desde su identidad y decisiones diarias”.
Eso significó que la sexualidad no estuvo ligada a riesgos, como es lo usual, sino al desarrollo de la personalidad, la identidad, el proyecto de vida y las determinaciones de cada persona. En ese sentido, se aprovecharon todos los espacios para intentar generar un cambio en la percepción que tienen adolescentes, adultos, profesionales y la comunidad con respecto a la sexualidad.
“Los derechos humanos sexuales y reproductivos nos permiten vivir nuestra sexualidad plenamente (la sexualidad como una faceta de la identidad, como lo que somos, no como la genitalidad). Las habilidades psicosociales para la vida, que también se trabajaron en el proyecto, permiten tomar decisiones basadas en la defensa de nuestros derechos y no solo los sexuales y reproductivos. Los derechos sexuales y reproductivos no solo están asociados a nuestra genitalidad, sino a brindarnos oportunidades equitativas en el entorno”, señala Guevara.
“Aprendí a valorarme, clarifiqué mis derechos y aprendí que los prejuicios de hoy en día son un problema. Que por ser mujer tiene que hacer tal cosa y porque es hombre tiene las de ganar. Esto me ha servido. Quisiera que no hubiera prejuicios, aunque siempre van a haber personas que tienen mentalidad prejuiciosa. Me ha servido mucho en mi vida personal”, dice una alumna de grado noveno de la Institución Etnoeducativa Rural Artesanal Bilingüe Camëntsa, participante del proyecto.
“Porque merezco un hogar y una familia que me eduque en igualdad y para la igualdad. Papá, mamá, fórmate. Porque necesitamos que me eduques para defender mis derechos. Papá, mamá, fórmate. Necesito que comprendas que educar en sexualidad es formarme en habilidades sicosociales para la vida. Mamá, papá, fórmate. Porque espero que sepas educarme para ser una persona exitosa y no una persona sumisa y obediente. Mamá, papá, fórmate. Porque debes dejar de ignorar los llamados a formarte. Escúchame”. Mensaje de los alumnos de los grados séptimo y sexto de la Institución Educativa Pío XII (Mocoa).