En total 20 madres y 12 padres de Manaure (La Guajira) elaboran 1.445 muñecas y 1.225 carros que serán entregados a niñas y niños del municipio en Navidad.
Sin importar la hora, 20 madres y 12 padres de familia wayú trabajan fabricando muñecas y carros. Las hacen con amor, alegría y calidad porque saben que estos juguetes serán el regalo de Navidad para niñas y niños de las zonas urbanas y rurales de Manaure (La Guajira).
Esta propuesta de hacer los juguetes la recibieron el año pasado, fue aceptada con entusiasmo y se ha convertido en algo más que una oportunidad de empleo. Han ido aprendiendo el arte de hacer juguetes y hacerlos ha hecho que recuerden experiencias de la infancia y las compartan entre ellos, han explorado su creatividad y han logrado un ambiente de más cercanía entre la familia y entre los vecinos.
“Para la compañía es muy importante conseguir que la comunidad de Manaure Abajo identifique esta oportunidad como una alternativa viable y efectiva para generar ingresos de forma permanente. El trabajo colaborativo, la integración de las actividades lúdicas al interior de los hogares y el desarrollo de nuevas habilidades en la comunidad son algunos de los beneficios que destacamos a través de esta iniciativa”, dice Patricia Serrano Falla, gerente de Asuntos Públicos para América Latina Chevron, patrocinador de la iniciativa.
Una de las artesanas que fabrica las muñecas es Elvira Gámez Correa. Ella hace las mantas que llevan puestas las muñecas, mientras otras mujeres las rellenan y las pegan. “Las hacemos con alegría. Estamos contentos porque hemos aprendido a hacerlas y esa muñeca es una alegría para las niñas, como para mi familia y los vecinos”, dice.
Este año participaron 20 madres (17 wayú y 3 arijuna –no wayú) y 12 padres de familia (entre ellos, uno arijuna) en la elaboración de estos juguetes. La misión fue fabricar 1.445 muñecas y 1.225 carros.
Son muñecas wayú, empoderadas de su cultura, vestidas con sus tradicionales waireñas (cotizas), pañoletas y mantas. Algunos carros son volteos en madera (carros que trasportan la sal) y otros son camionetas de madera, como aquellas en las que hace casi 20 años se trasportaban las personas para viajar de Manaure a otros lugares como Maicao (La Guajira).
La Corporación Juego y Niñez les compartió a las mujeres la idea de hacer muñecas propias de la región o que representaran a la mujer de la región. Además les brindó acompañamiento y les dio formación en el proyecto y formación desde el juego en vínculo familiar y transformación de pautas de crianza.
“Entonces, son proveedoras de estos elementos y también saben lo importante que es la ludoteca y jugar, por eso lo hacen con más amor y disposición”, dice Irma Salazar, gerente Técnica de Gestión de la Corporación Juego y Niñez.
Los carros también los elaboran con trabajo colaborativo. Mientras unos padres de familia lijan la madera, otros hacen las llantas y otros los pintan. Eustorgio Robles fabrica los carros. “La experiencia ha sido buena y estoy muy contento porque son para los niños. Ellos se alegran porque eso significa para ellos un regalo de Navidad”, cuenta.
Delcy García, esposa de don Eustorgio, trabaja con él, lo ayuda con algunas tareas pequeñas. Dice que experiencias como esta no había visto en La Guajira con otros proyectos. “La experiencia es muy bonita. Lo hacemos con amor porque sabemos que es para nuestros niños, para la niñez de La Guajira, o cualquier niño en donde los vayan a repartir. Veo unión, más cercanía con los vecinos: alguien dice yo hago esto, uno dice yo hago lo otro y el ingreso es una ayuda para todos”.
Empoderar a las madres
Esta idea surgió el año pasado. La compañía Chevron, quien apadrina la ludoteca de Manaure, en el marco de ese apadrinamiento, entrega anualmente regalos a las niñas y niños del municipio. El año pasado decidió no comprar juguetes comerciales sino empoderar a las artesanas de Manaure, que además son madres usuarias de la ludoteca, para que elaboraran los juguetes.
Una idea que generaría empleo en Manaure, un municipio que vive principalmente de la sal (tiene las salinas marítimas más importantes del país) y en este momento las oportunidades de empleo no son las mejores.
“Agradezco por tenerme en cuenta para hacer las muñecas, porque podemos brindar una sonrisa a las niñas y es una fuente de empleo”, dice la artesana Gámez.
El año pasado se entregaron muñecas y balones, también realizados por la comunidad. El 6 de diciembre es la entrega oficial a Chevron de los juguetes y durante la entrega compartirán la experiencia que vivieron al elaborarlos. Luego, compartirán esta experiencia con la comunidad y también en un programa radial local.
“Este proyecto ha movido sentimientos y ganas de seguir en él. De solo pensar que el juguete es para un niño, hacen las cosas con calidad. Las se entregan a tiempo y ganas. Ha sido maravilloso para nosotros. Los padres están fascinados porque este año se les va a entregar aguinaldos a los niños y va a ser un juguete del gusto de ellos. Una muñeca wayú de calidad y unos carros también de calidad. Estamos fascinados con este proyecto”, concluye Sulmira Espeleta, ludotecaria en Manaure.