Niños y jóvenes que aprendieron de liderazgo y de hábitos saludables, y padres de familia, cuidadores y docentes que comprendieron la importancia de los entornos protectores fueron algunos de los logros alcanzados por la corporación durante 2017.
“El juego es una realidad cambiante y, sobre todo, impulsora del desarrollo mental del niño”, asegura el reconocido sicólogo ruso Lev Semiónovich Vygotski. Precisamente, el juego es la base de las acciones que realiza la Corporación Juego y Niñez desde su creación, hace casi 20 años, con las que busca contribuir al desarrollo integral de la infancia. Durante 2017 llevó proyectos donde el juego estuvo presente a diferentes departamentos del país impactando a niños, padres de familia y docentes.
Una de las participantes en uno de los proyectos destaca ese hecho. “El juego es una buena forma de enseñanza y de aprender más fácil”, dice Nicol Martín, de la Institución Santa María de Ubaté (Cundinamarca).
La estudiante participó en ‘Jóvenes jugando al derecho’, un proyecto en alianza con la Fundación Bolívar Davivienda, que llegó a dos colegios de Ubaté y cinco de Tausa (municipios de Cundinamarca) para acompañar a los jóvenes en la construcción de su proyecto de vida, a través del juego.
Además de ese objetivo, el proyecto también buscó que los adolescentes elaborarán iniciativas de construcción comunitaria. “Los chicos participaron activamente en los encuentros de juego, demostrando capacidades de liderazgo y trabajo en equipo. Sobre todo, reconocieron la importancia de tener un proyecto de vida”, dice Sergio Malaver, ludotecario del proyecto.
Salomé Navarro, estudiante de la Institución Santa María de Ubaté, participante del proyecto, afirma lo dicho por Malaver. “Me ha parecido muy bueno, hemos aprendido aptitudes que no sabíamos que teníamos. Hemos notado cómo hemos avanzado en sentido de liderazgo y responsabilidad. La metodología me parece adecuada porque es algo diferente, que no habíamos visto en ningún otro proyecto, y nos permite demostrar nuestras aptitudes”.
En otros lugares
Bogotá, Pereira, Tuluá y Valledupar también fueron escenarios a los que llegó la corporación en 2017 con el juego. En estas ciudades estuvo con el proyecto ‘Unidos por niños saludables’, en alianza con Nestlé. Con este proyecto buscó favorecer la construcción o adopción de hábitos saludables.
Para este caso la corporación y Nestlé formaron en cinco hábitos. Uno de ellos fue muévete más, cuyo objetivo fue que los niños adoptaran el hábito del movimiento. Alimentación balanceada, variedad y porciones, toma de agua y comer y cocinar en familia fueron los otros hábitos. En este proyecto participaron 10.228 niños y niñas y 213 docentes. También sensibilizaron a los tenderos escolares para motivarlos a vender más agua y frutas.
‘Unidos por niños saludables’ incluyó las huertas escolares para que los niños conocieran alimentos diferentes a los que con frecuencia acceden.
“La herramienta pedagógica en todo fue el juego. Cuando una persona juega tiende a hacer más aprehensión con más facilidad”, explica Néstor Sánchez, director técnico de la corporación.
Además de las huertas escolares, para el cumplimiento del objetivo de este proyecto, se articularon contenidos con los docentes y se hicieron ‘recreos chéveres’, entre otras actividades, todas en el marco del juego.
“Uno de los logros del proyecto en Valledupar es que muchos niños tomaron conciencia al momento de decidir sobre su alimentación y merienda escolar. También que es posible hacer actividad física a través del juego. Además, los padres comprendieron que se puede lograr la alimentación adecuada con poca inversión en dinero”, argumenta Adaeli Castro, una de las profesionales participantes del proyecto.
aría Inés Mendoza Arias, docente participante, también destaca los beneficios del proyecto. “Una experiencia muy agradable ver sonreír a mis estudiantes, se siente una alegría. El trabajo que hacen en equipo es excelente”.
Entornos protectores
Putumayo, Amazonas y Guainía fueron tres departamentos que también contaron con un proyecto de la corporación. En este caso con ‘Entornos protectores’, en alianza con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), con el cual se buscó que los niños cuenten con un entorno que los proteja, por esto participaron no solo los niños, también los padres de familia, cuidadores y docentes.
Para este proyecto se contó con unos módulos de ICBF, a los cuales se les introdujo la metodología de la corporación: el juego. En el caso de Putumayo se implementó en 11 de sus 13 municipios.
“La estrategia aportó a la construcción conjunta de herramientas que fortalecieron las pautas y prácticas de crianza que permiten garantizar el rol protector y de cuidado que deben asumir las familias y los demás contextos donde se desenvuelven los niños, las niñas y los adolescentes. Uno de estos contextos es su comunidad, o en este caso su vereda”, describe el informe final del proyecto de Putumayo.
En él también se lee: “algo que impactó en la comunidad fue que la visibilización y el reconocimiento de la estrategia por parte de otras personas que no participaron permitió forjar un interés no solo en los padres y madres, sino también en la comunidad, de esta manera, se identifica que la estrategia trajo consigo impactos y permeó no solo las vidas de los participantes, sino de toda una vereda, a través del voz a voz y del reconocimiento que los NNA [niños, niñas y adolescentes], padres, madres y docentes forjaron alrededor de la misma”.
stos proyectos son solo una muestra de las diferentes acciones que durante 2017 realizó Corporación Juego y Niñez para contribuir con el desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes.
Ludotecas Naves
En 2017 las ludotecas NAVES que fueron acompañadas técnicamente por la Corporación Juego y Niñez, gracias a los aportes de las empresas Nestlé, Chevron, Kelloggs, Politécnico Gran colombiano, Argos y Pepe Ganga, continuaron posicionando el juego en diferentes municipios a partir de los énfasis trabajados con los niños, niñas y familias participantes, es así como las ludotecas de Bugalagrande, Dosquebradas, San Vicente y Valledupar lograron la participación de 207 docentes y 5.502 niños y niñas en 26 instituciones educativas. En todas ellas desde el juego se promovieron prácticas saludables de vida tanto en el aula como en otros escenarios cotidianos de los niños y niñas. A través de estrategias pedagógicas como encuentros de juego, recreos chéveres, creación de huertas escolares, tomas de cuadras, formación a docentes, entre otras, promovieron la actividad física, el consumo de agua, de frutas, verduras y loncheras saludables.
En la I.E Fabio Vásquez sede Violetas, en Bugalagrande, se instituyó un día especial en el cual los niños y las niñas llevaron lonchera saludable con alimentos preparados en casa.
La ludoteca Naves de Manaure, a partir de la implementación de su proyecto pedagógico orientado al fortalecimiento de la cultura y las tradiciones, dinamizó experiencias de juego y arte con 6.583 participantes, en las que logró el reconocimiento, respeto e identificación de las prácticas culturales en la vida cotidiana de las familias, tanto de la zona urbana como rural del municipio. Un total de 271 niños y niñas de las comunidades rurales Wayakasirra, Riohachamana, Laachon Manzana, Lachon Mayapo y Sohishimana disfrutaron de ludotecas étnicas compartiendo juegos tradicionales, cantos, tradiciones orales y prácticas de tejido propias de su cultura.
Con la realización de “juegotones” en la isla de San Andres, 1.110 niños y niñas raizales de los barrios Las Palmas, Altos de Natania, Schonner Biight, Parque Cariño al Niño, La Loma Brooks Hill y San Luis compartieron experiencias de juego tomándose el espacio público, fortaleciendo el respeto por sus costumbres y el cuidado de su territorio.
En 2017 los líderes comunitarios reconocieron la ludoteca como un programa que garantiza los derechos de los niños y niñas de la isla y se vincularon en la creación de nuevos espacios de juego. Así mismo, la ludoteca generó gran impacto con la formación de 89 docentes de todas las instituciones públicas de la isla, brindándoles herramientas pedagógicas para el fortalecimiento de sus prácticas en el aula de clase.
Gracias al trabajo articulado entre la ludoteca y la alcaldía municipal de Quibdó (Chocó), se logró impactar a 6.351 niños y niñas de comunidades rurales y urbanas vulnerables del municipio con el desarrollo de ludotecas viajeras, en la que se vincularon escuelas, actores comunitarios y familias, promoviendo el autocuidado y el cuidado del ambiente.
100 niños, niñas y adolescentes que hacen parte del programa municipal para la prevención y erradicación del trabajo infantil (Cieti), se vincularon en 2017 con la ludoteca en el desarrollo de espacios lúdicos, a partir de prácticas deportivas que brindaron diferentes alternativas para la utilización del tiempo alterno al colegio.
La ludoteca de Chinchiná, del departamento de Caldas, llegó con oferta de juego a más de 5.000 niños y 500 adultos con la implementación de su proyecto pedagógico orientado a la formación ciudadana y a la convivencia, dinamizando experiencias de juego y arte con los participantes que les permiten el desarrollo de sus habilidades sociales y competencias ciudadanas requeridas para una mejor convivencia.
Con las acciones realizadas en la ludoteca desde el juego con las artes, los niños y las niñas construyeron acuerdos, reconocieron el diálogo como el principal recurso para la resolución de conflictos y la concertación y exploraron su talento desde danza y el teatro fortaleciendo la construcción de su identidad, su autoestima y su formación ciudadana.
Más de 2.800 niños y niñas y sus familias disfrutaron del juego en las ludotecas “Valentina” y “Sonrisas de Cartagena” en la ciudad de Cartagena, que movilizaron dentro del territorio espacios de juego en zonas vulnerables de los barrios Olaya y Nelson Mandela. En ellos se implementó una de las estrategias pedagógicas de mayor impacto: las “tomas de cuadra” en las que familias y comunidades reconocieron la importancia de compartir espacios de juego con los niños y niñas, y los líderes comunitarios de barrios como El Silencio, Callejón Yanez, Los comuneros, 7 de Diciembre y barrio San José de los Campanos movilizaron experiencias de juego para los niños y niñas dentro del espacio público de sus comunidades.
2.000 niños, niñas y adolescentes participantes de la ludoteca de Sabanagrande se apropiaron del espacio de juego, en el que han sido acogidos y reconocidos desde sus capacidades, ideas y opiniones frente a temas de su interés. La posibilidad del juego ha permitido que los adolescentes desarrollen su liderazgo y empoderamiento para el desarrollo de espacios de juego con la ludoteca en escenarios públicos, en los que también han aprendido a construir relaciones respetuosas y solidarias entre ellos, reconocer sus emociones y adquirir herramientas para la gestión adecuada de las mismas.
La articulación con las instituciones municipales ha sido un canal muy importante para que la ludoteca hoy sea reconocida como un entorno protector e incluyente para los niños, niñas y adolescentes, en la que se promovió con 25 niños y niñas con discapacidad el desarrollo de sus habilidades cognitivas, comunicativas y de socialización, así como el reconocimiento e interacción con el entorno.
CUÁL ES EL CONCEPTO DE JUEGO DE LA CORPORACIÓN JUEGO Y NIÑEZ Para la Corporación Juego y Niñez el juego se plantea como “una experiencia creativa, que permite vivir en forma placentera la interpretación y transformación de la realidad. Es una zona de libertad en constante cambio, donde tiene lugar la cultura y se desarrolla la imaginación. Se origina a partir de las relaciones consigo mismo, con los otros, con el entorno, con el espacio, con el tiempo y el uso de los objetos” (Camelo, et al., 2008, p. 45). El juego es inherente a los seres humanos, es una experiencia potenciadora de la vida, pero en especial es una necesidad vital de los niños y las niñas que hace parte de su cotidianidad (Barrero R, Correa P, Flórez A, 2009, p. 48).