El Estudio longitudinal de la Universidad Nacional, que acaba de ser presentado al país, mostró que el desarrollo de competencias socioemocionales, ciudadanas y creativas se logra a través del juego.
Un grupo de 529 niñas y niños de seis municipios de Colombia permitió evidenciar lo que a lo largo del tiempo investigadores de diferentes partes del mundo han señalado: el juego es vital para el desarrollo integral del ser humano.
El seguimiento que durante cuatro años le hicieron de manera rigurosa doce investigadores de la Universidad Nacional permitió establecer que el juego fue un factor de impacto positivo para aquellos que tuvieron la posibilidad de tener un contacto constante con el juego en las Ludotecas Naves, pues les dio la posibilidad de desarrollar habilidades, destrezas y capacidades en diferentes esferas, como la social, la emocional y la creativa.
“Este es un estudio longitudinal con el que los investigadores soñamos. Es difícil hacerlo por lo que significa en recursos y en tiempo. En este caso durante cuatro años analizamos el comportamiento de 354 niños que asistían a Ludotecas Naves ubicadas en Manaure (La Guajira); Sabanagrande (Atlántico); Bugalagrande (Valle del Cauca); Quibdó (Chocó); Chinchiná (Caldas) y Barrancabermeja (Santander) y de 175 niños que no asistían a estos espacios, pero sí a jardines infantiles o colegios de estas mismas ciudades. El promedio de edad de un grupo y otro era 7,5 años”, explica Rita Flórez-Romero, del Grupo de Investigación Cognición y Lenguaje en la Infancia, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia.
Esta universidad tuvo el auspicio de la Corporación Juego y Niñez para llevar a cabo la investigación que da evidencias contundentes sobre la relevancia que ha tenido el juego en la vida de niñas y niños.
Tres competencias claves
Las tres competencias principales evaluadas por los investigadores fueron creatividad, inteligencia emocional y ciudadanía. “Asistir a las ludotecas Naves les permitió a los niños mejorar sus desempeños en todas estas competencias”, explica Jaime Castro-Martínez, docente investigador asociado del Centro de Cognición y Lenguaje en la Infancia de la Universidad Nacional de Colombia.
Según el investigador, el haber jugado en las ludotecas les permitió a niñas y niños ser empáticos, lo que significa tener la capacidad de ponerse en el lugar del otro, sentir el dolor ajeno, entender el escenario del otro. De igual forma, relacionarse mejor, controlar y saber expresar sentimientos, seguir reglas y autorregularse.
Flórez-Romero destaca también que a medida que el estudio fue avanzando se encontró que las habilidades iban aumentando en los niños que asistían a las ludotecas en comparación con los que no. Por ejemplo, en el segundo año (2016) se encontró una mejora en el manejo de conflictos, reglas, expresión de emociones, empatía, pensamiento divergente y flexibilidad; eso mismo se identificó (con unas diferencias estadísticamente significativas) en el cuarto año de la investigación (2018).
“Estos hallazgos señalan la importancia de las ludotecas para el desarrollo de competencias, especialmente aquellas relacionadas con las competencias ciudadanas y emocionales”, señala el libro que contiene los resultados y el desarrollo de la investigación, el cual fue titulado El juego un asunto serio en la formación de los niños y las niñas.
Flórez-Romero, por su parte, hace un llamado al sistema escolar porque el estudio revela que a diferencia de lo que sucede con los niños que asisten a las ludotecas, los niños que solo asisten al sistema no aumentan sus habilidades socioemocionales y ciudadanas. “Tenemos que comprender que los niños son producto del sistema educativo y no vimos mejoras en las competencias ciudadanas, socioemocionales y creativas en los niños que solo asistían al sistema”.
5 recomendaciones
Por los hallazgos en su estudio, los investigadores hacen recomendaciones a gobernantes, padres de familia y, en general, al país. Aquí algunas de ellas:
- Las ludotecas, como programas sociales que contribuyen en la formación de niños, niñas y sus familias, deben ser implementadas por las administraciones locales, asegurando su sostenibilidad con criterios de calidad y pertinencia. Uno de los factores que debe asegurarse es el talento humano: los ludotecarios.
- La ludoteca requiere de la vinculación de la comunidad, tanto en la planeación de sus ofertas como en su desarrollo y evaluación. En ese sentido, los ludotecarios deben ser agentes articuladores que muestren el potencial de la ludoteca.
- La ludoteca debe ofrecer a todos los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos una gama de alternativas de juego que reten y movilicen su dimensión lúdica para lograr que su potencial creativo, socioemocional y ciudadano tenga un piso de ricas experiencias.
- Los vínculos entre las ludotecas, las diferentes modalidades de atención integral a la primera infancia, el Ministerio de Educación Nacional y las Secretarías de Educación deben estrecharse para promover un diálogo sobre la importancia del juego y de la actitud lúdica en todo el ciclo vital y en todos los niveles educativos. Además, para reflexionar sobre la relación entre el juego, el desarrollo integral y el aprendizaje en todas las áreas de dominio del currículo.
- Las ludotecas deben extenderse a otros escenarios que las requieran, como por ejemplo hospitales con pabellón de atención pediátrica; centros de salud que velan por el desarrollo y crecimiento de los menores de 5 años; jardines infantiles anexos a centros penitenciarios y centros de reclusión para menores de edad, entre otros.