EL SER, HACER Y ESTAR DE LA METODOLOGÍA NAVES

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La Corporación Juego y Niñez reafirma que el desarrollo de su objeto social para lo cual fue creada se fundamenta en la aplicación de lo que en la organización se ha denominado Metodología NAVES(MN) y que a lo largo de los 19 años de existencia ha aprendido y comprendido de la mano con las comunidades con las cuales juega a diario.

La Metodología NAVES (niños y niñas aprendiendo, viviendo, experimentando y socialiazando) es una propuesta de formación basada esencialmente en la convicción de que el juego es un elemento central en la vida del ser humano y un derecho fundamental que debe ser garantizado de la misma manera como se favorece el cumplimiento de todos los derechos humanos. Sin embargo, la acción concreta de esta metodología en los diferentes escenarios donde se desarrolla, tiene como objetivo “transformar las formas de ser, hacer y estar de las personas en su relación consigo mismo, con los otros y con el entorno” (Salazar I, Pernett L, Diaz N, 2011, p. 23) y particularmente con los niños y las niñas.

La Metodología NAVES comprende que el ser humano se construye como tal y como ciudadano al relacionarse con otros desde el lenguaje, las normas, la cultura, los ritos, los símbolos, la experiencia, el conocimiento y especialmente el juego; desde allí cree que este “es uno de los fenómenos fundamentales de la existencia humana” (Fink E, 1995, p. 125), lo que rompe el paradigma de ser una condición propia de la infancia. El autor afirma:

La existencia [Existenz] humana es una unidad íntima entre cuerpo y alma: a nuestro espíritu finito le pertenece esencialmente la muerte y el trabajo, la lucha, el amor y el juego. Estos fenómenos fundamentales de la existencia se enraízan todos también con la corporalidad. Fink E, 1995, p.128.

El juego es tan originario como los demás fenómenos. Impera y gobierna de punta a cabo la entera vida humana y determina esencialmente su modo de ser ― y también el modo del comprender humano del ser. Fink E, 1995, p. 221.

Entendido así, el juego es uno de los elementos que constituyen la esencia de lo humano y de cómo este se relaciona con otros y en esa medida la Metodología NAVES es una estrategia formativa y transformativa, creativa e innovadora; en dónde la reflexión y el saber particular confluyen en la construcción y el desarrollo colectivo.

La Metodología NAVES se propone como una alternativa frente a la situación que hoy en día viven los ciudadanos que se enfrentan a la paradoja de realizar acciones para garantizar a las familias, y especialmente a los niños y a las niñas, las condiciones suficientes y necesarias para su desarrollo, pero que cada vez cuentan con menos posibilidades de interacción y relacionamiento con padres, hijos, hermanos, amigos.

Estas limitaciones de interacción que nos demanda el mundo moderno impactan de forma directa en la construcción de la identidad de cada persona incluyendo sus valores, costumbres y tradiciones, pues se limitan las oportunidades de comunicación, de conversación, de encuentro entre las personas; y en consecuencia se presenta una ruptura en el vínculo afectivo sobre el que se construyen las relaciones humanas, disminuyendo las oportunidades para participar en las decisiones de interés común y en la construcción de una ética de la convivencia que provea de aptitudes para una vida en común solidaria, participativa y tolerante.

A este hecho se agrega que por la misma dinámica y ritmo que demanda la vida cotidiana, no se tiene plena conciencia de que lo anterior esté ocurriendo y en este sentido la forma de ser, estar y hacer con consigo mismo, con los otros y con el entorno están condicionadas por las demandas cotidianas de atender los asuntos orientados a resolver las necesidades básicas: alimentación, salud, vivienda, entre otras, y por tanto la atención de los asuntos relacionados con la conversación, el encuentro y la construcción con la familia y el amigo se ven postergados para cuando el tiempo lo permita. Espejo E, 2012, p. 2.

Ahora bien, cambiar las demandas de la dinámica de vida presente resulta una empresa bastante compleja, sin embargo es posible encontrar esas vías que permitan tener conciencia sobre la forma de ser, estar y hacer de cada uno, de tal forma que se pueda fortalecer el vínculo afectivo y construir relaciones que permitan la convivencia basada en el respeto y “en la aceptación del otro”. (Maturana H, 2001, p. 21). Esta es la premisa desde la cual se moviliza el ser y el hacer de la Metodología NAVES.

Al hablar de matriz biológica de la existencia humana, hablamos desde y en nuestro entendimiento de la trama relacional y operacional de nuestro vivir humano. Los seres vivos en general, y los seres humanos en particular, existimos como parte integral de una matriz relacional y operacional que surge con nuestro vivir como nuestro ámbito de ser y de explicar nuestro hacer y nuestro vivir. Maturana H, Porksen B, 2004, p. 7

¿Cómo lograr la transformación de las relaciones comprendiendo este entramado relacional que plantea Maturana? Existe un principio que determina al ser humano: la capacidad de aprender y desaprender. Bajo es este principio es posible trabajar en un proceso de formación que dé lugar a una transformación del comportamiento que el ser humano tiene frente a sí mismo, frente a los otros y frente a su entorno. Es decir, que ceñidos a la capacidad que se tiene de cambiar constantemente, es posible hacer una apuesta con unas características especiales, orientada a transformar seres humanos.

De acuerdo con lo anterior, la apuesta que realiza la Corporación Día de la Niñez para aportar a dicha transformación, se fundamenta en el juego y desde allí, la Metodología NAVES se orienta a una dimensión vital: la convivencia, considerada como la base y cimiento de toda sociedad que supone la voluntad expresa y decidida de los sujetos que agencian su propio desarrollo y aceptan vivir y disfrutar la vida con otros, reconociendo que existe una pluralidad de sujetos diversos y diferentes a los cuales se debe reconocer y tratar con imparcialidad y respeto, y entre ellos especialmente, a los niños y a las niñas.

Así, la apuesta metodológica NAVES, reconoce que la convivencia sólo es posible en las prácticas de la vida cotidiana donde se generen relaciones inclusivas, equitativas desde la particularidad de cada niño, niña, adolescente, joven, adulto y adulto mayor.

La existencia humana se realiza en la cotidianeidad. Esta afirmación parece banal y de hecho es banal. Si a pesar de eso la hago, es para resaltar que todas nuestras actividades, sencillas o sofisticadas, académicas o artesanales, simplemente aparecen como expresiones de nuestra vida cotidiana, vale decir, lo único que las distingue de nuestros quehaceres domésticos es que los espacios relacionales y operacionales donde ocurren tienen características especiales, y perseguimos con ellos metas, fines y deseos específicos. Maturana H, et al, p. 12la transformación de lo humano.

Es así como la Metodología NAVES busca que los participantes de los procesos de formación logren identificar para sí mismos unas relaciones sólidas y constructivas con sus familiares, amigos, vecinos  en la cuales se reconozcan y comprendan las diferencias para favorecer la promoción y garantía de la inclusión social de  todas las personas generando espacios donde la diversidad sea acogida, propiciada y celebrada como riqueza de una sociedad con más y mejores  ideas, experiencias, conocimientos y, por lo tanto, con mayores posibilidades de desarrollo.

Para emprender esta tarea de transformar las formas de ser, estar  y hacer de las personas, ha sido necesario plantearse la pregunta sobre por qué el ser humano actúa como actúa en diferentes escenarios y frente a diversas situaciones; que más que una pregunta ontológica busca una respuesta práctica  que permita construir nuevas alternativas relacionales. Si bien al hacerse esta pregunta surgen numerosas respuestas y nuevas problematizaciones, es contundente encontrar que la acción de cada persona está íntimamente relacionada en la forma como entiende la vida, la familia y su propio desarrollo. El ser humano se muestra con sus haceres a partir de la propia construcción de su ser, es decir de la manera como se ha constituido desde su cultura, desde su lenguaje, desde sus costumbres, usos e inclusive de lo que cree y en lo que confía.

En este sentido, proponemos un primer paso en la comprensión de la Metodología NAVES y es la comprensión de características de los participantes como sus formas de ver, sentir, pensar, creer, observar y vivir, entre otras. El transformar esta forma de SER, es lo que permite cambiar las formas de estar y hacer. Los haceres del hombre están relacionadas de manera inminente con lo que cree, observa y piensa. Es decir, se actúa en concordancia con lo que se es. Por supuesto, en un grado de coherencia relativamente aceptable. Por ejemplo: si se cree que el aprendizaje es un proceso netamente memorístico, los métodos de enseñanza serán instructivos y repetitivos. Si se piensa que el castigo es una buena estrategia para educar a un niño o una niña, evidentemente será la primera alternativa contemplada cuando  él o ella se equivoquen o infrinjan una norma establecida por el adulto.

Transformar el ser, no es una tarea que se realiza de manera inmediata o automática, es preciso desarrollar un proceso que integre múltiples experiencias en donde el juego es el lenguaje vital, es medio y fin al mismo tiempo, es contexto y contenido, propicia un ambiente y es un ambiente en sí mismo y desde este lugar se establecen cuatro grandes elementos que hacen parte de un sistema sustancial de experiencias: aprender, vivenciar, experimentar y socializar, todas estas permeadas de manera constante por la reflexión: esa conversación  interna, la conversación consigo mismo, esa capacidad de analizar,  de preguntarse, de volver a revisarse que  se constituye  en un elemento vital para la transformación de lo humano.

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